En la antigüedad, el mezcal se bebía exclusivamente en rituales y celebraciones, y era utilizado como ofrenda para las divinidades. Su elaboración se dejaba en manos sagradas y se seguía un proceso solemne y cuidadoso. Para nosotros, este proceso es aún sagrado y seguimos cada paso con ese mismo respeto para conseguir más que una bebida, una experiencia que nos conecte con nuestras raíces más profundas. El mezcal Grulani está destilado con la más auténtica y artesanal de las tradiciones, transmitiendo a la bebida el espíritu de nuestra tierra y su historia ancestral. Nuestro equipo corta la madera, recolecta las piedras volcánicas, prende el horno, cuece el maguey, lo machuca en la molienda chilena para dejarlo fermentar y posteriormente proceder a la destilación, siempre bajo la supervisión del maestro Leo Hernández.
En nuestra región prospera una gran variedad de agaves silvestres
Por otro lado, nuestra región y su ecosistema diverso reúnen las condiciones ideales para que una gran variedad de agaves prosperen de manera silvestre, natural e incluso espontánea, sin la intervención del hombre. La generosidad de estas tierras permite al maestro experimentar libremente y crear mezcales en los que convergen tres siglos de conocimiento y tradición con las características únicas del aire, cielo y tierra de San Baltazar Guelavila, Oaxaca. Seleccionamos minuciosamente los agaves que están listos para ser destilados, siendo respetuosos con su ciclo de maduración y regeneración.
Tiempo, sabiduría y naturaleza
Nuestro maestro mezcalero Leo Hernández ha dedicado toda su vida al mezcal y es un experto conocedor de las distintas variedades endémicas de la región, sus tiempos de maduración y el proceso de fermentación y destilado que requiere cada una de ellas. Es heredero de cinco generaciones de una tradición que abarca más de tres siglos. Los impresionantes paisajes de San Baltazar Guelavila, con su riqueza de magueys, conforman su laboratorio personal.
Leo es heredero de más de tres siglos de tradición mezcalera
Leo Hernández nació en San Baltazar Guelavila, San Dionisio Ocotepec, Oaxaca. Es la quinta generación de maestros mezcaleros. Comenzó a trabajar de niño en el campo, cultivando y cuidando ganado. Cuando apenas tenía 15 años ayudaba en la fábrica de mezcal de su papá, Cosme Hernández. A los 20 años, Leo comenzó a destilar. Aprovechaba el tiempo que dedicaba a cuidar animales para recolectar piñas de tobalá de 40kg y cargarlas en sus dos caballos, todos los días, poco a poco. Años después, su manera de destilar los mezcales silvestres y su conocimiento de los mismos, así como la herencia ancestral y el conocimiento de las cuatro generaciones de maestros mezcaleros que le preceden, hacen de Leo Hernández uno de los maestros de referencia en el mundo del mezcal de Oaxaca.
Beber de nuestras raíces
Grulani se construye con piezas del México ancestral y sus grandes culturas, sumadas a fragmentos del México colonial y su imponente belleza, hasta finalizarse y pulirse en el México de hoy: moderno, sofisticado y universal. Cada gota de nuestro mezcal, nuestros colores, nuestro diseño y nuestra botella están pensados para ser eso: todos los Méxicos que existen y han existido.